El Puente Viejo de Murcia: Un proyecto para devolver el esplendor a un símbolo histórico
El Puente Viejo de Murcia, conocido también como Puente de Los Peligros, es uno de los monumentos más emblemáticos y fotografiados de la ciudad, junto con la majestuosa Catedral. Su valor patrimonial y su significado histórico lo convierten en un símbolo indiscutible de la identidad murciana. Consciente de su relevancia, el Ayuntamiento de Murcia ha impulsado un ambicioso plan de rehabilitación integral para preservar y restaurar esta joya arquitectónica, que ha resistido el paso del tiempo desde su construcción en el siglo XVIII.
La Concejalía de Fomento y Patrimonio, bajo la dirección de Rebeca Pérez, ha presentado un proyecto presupuestado en 3,5 millones de euros que busca devolver al puente su esplendor original. Este plan se ha propuesto a la convocatoria del 2% Cultural, un programa que, de ser aprobado, financiaría el 70% de los trabajos. El objetivo es poner fin a los daños que el tiempo y la exposición a los elementos han causado en la estructura.
El proyecto de restauración prevé intervenciones fundamentales como el «cosido» de bóvedas y grietas, la consolidación de las piedras que conforman las sillerías y la recuperación de los volúmenes originales del puente. Entre los problemas detectados en inspecciones recientes, destacan las fracturas entre los tímpanos y las bóvedas, la descomposición de la piedra y la apertura de grietas que, aunque fueron cementadas en su día, han vuelto a surgir.
Uno de los aspectos más destacados de esta rehabilitación es la recuperación de la bóveda oculta, ubicada bajo la hornacina de la Virgen de los Peligros, un espacio desconocido para la mayoría de los murcianos. Con esta actuación, el Ayuntamiento pretende convertirla en un «espacio singular», siguiendo el ejemplo de otras recuperaciones patrimoniales en la ciudad, como las bóvedas del Palacio Almudí, que hoy se utilizan para proyectos artísticos.
Esta intervención en el Puente Viejo se suma a otras acciones de recuperación patrimonial en el marco de la celebración de ‘Murcia 1200’, un evento clave en la estrategia de promoción de la ciudad para 2025. Entre estas actuaciones destacan la rehabilitación del Mercado de Verónicas, el avance en el proyecto de las Fortalezas del Rey Lobo, y la recuperación del imafronte de la Catedral, que junto con el Puente Viejo, son pilares fundamentales del legado histórico y cultural de la región.
El estado de deterioro del Puente Viejo no es nuevo. Las inspecciones anteriores revelaron problemas significativos, como el debilitamiento de la estructura en áreas clave, la desintegración de la piedra y el hundimiento de la bóveda oculta. Para hacer frente a estos daños, se ha diseñado un proceso de rehabilitación que incluye la colocación de bulones, la reparación de grietas y la aplicación de tratamientos para consolidar y proteger la piedra contra la humedad y el desgaste.
La bóveda oculta, que ha sufrido un hundimiento de ocho centímetros en uno de sus apoyos, será estabilizada mediante anclajes internos que afianzarán la estructura. El proyecto también contempla la consolidación del terreno que rodea la bóveda para evitar futuros desplazamientos y asegurar su durabilidad.
El Puente Viejo es el puente más antiguo de la ciudad y tiene un profundo significado histórico. Su construcción, iniciada en 1718 tras la destrucción del puente medieval anterior en la riada de 1701, fue diseñada por el ingeniero Toribio Martínez de la Vega y continuada por Jaime Bort, el mismo arquitecto que dio vida al imponente imafronte de la Catedral de Murcia. A lo largo de los siglos, el puente ha resistido el paso del tiempo, pero hoy enfrenta nuevos desafíos estructurales que requieren atención urgente.
Con la rehabilitación en marcha, el Puente Viejo no solo recuperará su integridad arquitectónica, sino que también se reafirmará como un símbolo del compromiso de Murcia con la conservación de su patrimonio. Esta ambiciosa intervención es una apuesta por el futuro, que permitirá que generaciones venideras sigan admirando esta obra monumental que conecta a la ciudad no solo físicamente, sino también con su historia y tradición.